El agua es esencial para la vida en nuestro planeta. Sin ella, la existencia de los seres vivos no sería posible. El ciclo del agua, que describe el proceso continuo de la circulación del agua en la Tierra y su atmósfera, asegura su renovación y distribución a lo largo del planeta. Este ciclo culmina para los seres humanos cuando el agua regresa a los océanos, los cuáles no solo son pilares fundamentales de la vida, sino también una fuente de fenómenos extremos como los tsunamis.
El tsunami más alto registrado en la historia moderna ocurrió el 9 de julio de 1958 en la Bahía Lituya, Alaska. Este evento fue causado por un terremoto de magnitud 7.8, que provocó un deslizamiento masivo de rocas en el fiordo, generando una ola de 524 metros de altura.
Aunque el impacto humano fue limitado debido a la baja población de la zona, el evento es recordado como un recordatorio del poder destructivo del agua.
Así pues, con el agua mucho ojito, te puede matar en un plis.
¿Agua embotellada o agua de grifo?
Cuando se trata de elegir entre agua embotellada y agua de grifo, lo ideal es tener acceso a ambas opciones. De esta forma, puedes disfrutar de lo mejor de ambos mundos.
Costo
El agua embotellada es significativamente más cara que la del grifo: hasta 200 veces más costosa. Sin embargo, cada opción tiene ventajas y desventajas que vale la pena analizar.
Agua de grifo
El agua de grifo suele ser tratada con cloro para garantizar que sea apta para el consumo humano. Este desinfectante es eficaz contra microorganismos peligrosos que causan enfermedades graves como el cólera, la fiebre tifoidea y la hepatitis. Sin embargo, el uso del cloro también tiene inconvenientes:
- Compuestos secundarios: El cloro puede reaccionar con la materia orgánica natural en el agua, formando trihalometanos (THM) y ácidos haloacéticos (HAA), asociados con un mayor riesgo de cáncer de vejiga, hígado y riñones tras exposiciones prolongadas.
- Sabor y olor: Puede alterar negativamente el sabor y el olor del agua.
- Irritación: En altas concentraciones, puede causar irritación en la piel, ojos y vías respiratorias.
- Aunque el agua del grifo es segura según los estándares regulatorios, su calidad varía según la región, dependiendo de factores como:
- Fuente de abastecimiento: Acuíferos, ríos, embalses o plantas desalinizadoras.
- Dureza: La concentración de minerales como calcio y magnesio afecta el sabor.
- Estado de la red de distribución: Tuberías antiguas pueden introducir metales pesados, aunque en la mayoría de los casos las autoridades controlan este riesgo.
- Contaminantes locales: Pesticidas, nitratos u otros compuestos orgánicos pueden ser eliminados por las plantas de tratamiento, pero su presencia puede variar.
Agua embotellada
El agua embotellada generalmente no requiere tratamientos químicos, ya que se envasa directamente en manantiales. El material de las botellas más común, el PET (tereftalato de polietileno), es reciclable y fácil de fabricar, pero plantea riesgos:
- Liberación de sustancias: Con el tiempo o al exponerse al calor, las botellas de PET pueden liberar ftalatos y antimonio. Aunque los niveles suelen estar dentro de los límites de seguridad, estas sustancias pueden actuar como disruptores endocrinos, asociados con problemas como infertilidad, pubertad precoz y cáncer.
- Microplásticos: Pueden desprenderse y aumentar el riesgo de cáncer de estómago.
- Reutilización: Usar las botellas de PET varias veces fomenta la proliferación de bacterias peligrosas como E. coli o Salmonella.
Para minimizar riesgos, es importante no reutilizar las botellas, evitar exponerlas al sol o al calor, y controlar su tiempo de almacenamiento.
Tipos de aguas embotelladas
- Agua mineral natural: Proviene de fuentes protegidas con una composición mineral constante, sin tratamientos químicos. Es ideal para dietas bajas en minerales o para personas con cálculos renales.
- Agua de manantial: Similar al agua mineral, pero su composición no es constante.
- Agua purificada: Proviene del agua de grifo, sometida a procesos para eliminar impurezas.
- Agua con gas: Puede ser natural o carbonatada artificialmente.
Conclusión:
No existe un agua perfecta. Si pensamos en la sostenibilidad, el agua del grifo es, sin duda, la mejor opción. Sin embargo, si buscamos placer, sabor y propiedades específicas, disponer de una amplia variedad de aguas de diferentes rincones del mundo es un lujo que deberíamos valorar tanto como valoramos el zumo de uva fermentado. Poder acceder a aguas de los manantiales más remotos del planeta con un par de clics es, sin lugar a dudas, una extravagancia.
Pero si alguien considerara prohibir el agua embotellada debido a su impacto ambiental, habría que reflexionar antes: producir un litro de vino, por ejemplo, requiere entre 600 y 870 litros de agua.
Así que, si vamos a plantearnos prohibiciones, habría que empezar por lo más evidente: fuera las aguas azucaradas de colores y fuera las bebidas alcohólicas.
Una vez que hayamos hecho ese ajuste, podríamos continuar con prohibiciones al agua embotellada.
Por cierto, entre las aguas que he probado y a las que tengo un acceso razonable, mi favorita es la de Betelu, un agua de Navarra, proveniente de la Sierra de Aralar. Esta región, conocida por su alta pluviometría y su espectacular belleza, ofrece un agua que es un verdadero placer, para el paladar.