Este Oregon Scientific BAR339DP me debería de haber servido para despertarme agradablemente todas las mañanas, pero mi idea pronto quedaría frustrada cuando la primera noche después de ponerlo en marcha, cerré los ojos en mi habitación en penumbra con la idea de emprender un sueño reparador con la ayuda de Morfeo. Pero no, justo en ese instante el dios Helio me perturbaba con sus rayos cegadores. No me lo podía creer, el proyector del Oregon Scientific BAR339DP impedía que pudiera conciliar el sueño, el haz del proyector tiene tal potencia que después de chocar contra el techo tiene la suficiente energía como para a pesar de tener los ojos cerrados percibir la luz roja que emana de sus tripas inmundas. Automáticamente pensé que el proyector tendría algún tipo de regulación del flujo, pero desgraciadamente aún hoy continúo buscando tal función. Este detalle por si solo perturba todo el funcionamiento de este asqueroso cacharro. Pero ahí no queda la cosa, la alarma otro detallito de los señores de Oregon, PIPIPIPI, PIPIPIPI, PIPIPIPI, un sonido muy molesto y así cada 8 minutos, quien coño lo ha programado, porque cada 8 minutos, ¿Por qué no, cada 5 minutos?, sería más lógico, pues no, la frecuencia de molestos pitidos es de 8 minutos y pita de esta forma hasta que golpeas el pulsador que el equipo tiene en la parte superior del mismo, o hasta la traca final de pitidos ensordecedores que la verdad además de ser perturbadores son profundamente molestos, o hasta que desactivas la alarma mediante una de las teclas que el aparato tiene en la parte inferior del display. Su uso es una tortura, el aparato entero está mal diseñado, en definitiva, es un despropósito de cachivache. Desde la luz que sale de su exagerado proyector, pasando por una pésima distribución de botones y sus correspondientes funciones sin sentido, para acabar rematando la tarea con una descomunal alarma sonora, que parece querer despertar a un oso perezoso. Me gusta volver a la vida de forma suave y sin sobresaltos, ir recobrando la consciencia y los sentidos progresivamente, y mientras me voy despertando, poder revisar la hora, la temperatura exterior, la interior y porque no, tener datos sobre la presión atmosférica y una representación gráfica en forma de previsión meteorológica, datos básicos para emprender una larga y fructífera jornada. Estos deseos que aparentemente parecen sencillos, Oregon con este BAR339DP, no lo ha logrado.

¿Mide la temperatura exterior? Si

¿Mide la temperatura interior? Si

¿Da la hora? Si

¿Tiene alarma? Si

¿Da la predicción meteorológica? Si

¿Proyecta la hora y la temperatura en un techo liso? Si

Pues ya está, debería de ser una compra acertada, eso es lo que pensé antes de adquirirlo, pues no, me equivoque. El cacharro es una porquería, uno de estos días lo llevaré a un punto de reciclaje para que el planeta no sufra más deterioro del ya producido con la fabricación de este aparato lamentable de Oregon BAR339DP.

El infame aparato con el cable aéreo colgando.

El aparato infernal guarda un último regalito, como era de esperar en tal lamentable aparato, la fuente de alimentación no está integrada en su cuerpecillo y necesita del típico cacharro negro con enchufe integrado que afea el conjunto, pero en este caso, Oregon se sale y remata el aparato con un punto de conexión mediante una clavija hembra aérea y un trozo de cable que sale del cuerpo del infame producto. En definitiva, un verdadero desastre. En mala hora malgaste los dineros, hubiese sido una mejor idea tirar el dinero por una alcantarilla, y despertarme a ojímetro.