Empecemos con un poquito de historia:
Breve historia del lapicero:
El lapicero es un útil que se ha gestado a lo largo del tiempo y para centrar el tiro, vamos a pensar en lo que es hoy en día un lapicero, una cubierta de madera con una mina de grafito en el interior. La cubierta de madera es la contribución italiana al invento, estamos hablando de mediados del siglo XVIII. La mina como la conocemos hoy, sería la contribución austriaca, finales del siglo XVIII. La mina es una mezcla de grafito, arcilla y cera, que en función de la proporción del grafito/arcilla se obtiene el grado de dureza y el grado de oscuridad. La forma hexagonal de algunos lápices se la debemos a los estadounidenses, estamos a principios del siglo XIX.
Mediados del siglo XIX un tipo nacido en Jamaica de padres ingleses y que emigra a los estados unidos, le pone una borragoma, a un extremo del lápiz.
Breve historia del bolígrafo:
El bolígrafo nace para arrinconar a la pluma y de hecho lo ha conseguido, la victoria del bolígrafo sobre la pluma es prácticamente total. La idea de una bola que ayude a dosificar la tinta cuando deslizamos el útil de escritura por el papel, es de un químico húngaro nacionalizado argentino, estamos a mediados siglo XX. Nuestro colega químico era judío así que cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, hizo lo que hay que hacer en estos casos, poner tierra de por medio. Poco más de diez años más tarde, un italiano nacionalizado francés compra la patente al húngaro nacionalizado argentino e introduce unas modificaciones al invento, lo que le permite fabricar un bolígrafo a bajo coste, nace el bolígrafo BIC cristal.
Empecemos con el análisis:
¿Cuál es el útil más adecuado para escribir? ¿El lapicero o el bolígrafo? Entre un invento y otro hay aproximadamente dos siglos de diferencia. Con lo que, por una cuestión de avance tecnológico, el bolígrafo debería de ser el rotundo ganador, pero lamentablemente, yo no lo tengo tan claro.
El bolígrafo tiene como ventaja, que de partida sin hacer cosas raras, no se puede borrar, para rellenar albaranes de transporte y firmar documentos es la herramienta perfecta. Pero a su vez, hay en ocasiones que te interesa que lo que escribas lo puedas borrar, como cuando ejecutas un plano, un circuito, un boceto de edificio, un cálculo matemático y así una larga e interminable lista de acciones que requieren un pensamiento profundo. En estas ocasiones el lápiz se vuelve imprescindible, ligero y ágil, permite que el pensamiento fluya libremente sin ataduras.
A los lapiceros hay que sacarles punta, eso es una desventaja del lápiz que juega a favor del bolígrafo. Como alternativa tienes a los portaminas 0,5mm, a los que nunca tendrás que sacarles punta, pero introducen una nueva variable como es el peso.
Vamos a pensar en la acción de escribir a mano. Principalmente intervienen los músculos de la muñeca para generar el movimiento y los músculos de los dedos para sujetar el útil. En todos los trabajos que hacemos con nuestro cuerpo, si se prolongan en el tiempo, el peso del útil va a producir una pérdida de rendimiento, debido a que el lápiz es más ligero, la energía necesaria para moverlo también será menor, con lo que la pérdida de rendimiento también será inferior y nos aportará una ganancia, aunque ésta sea marginal, es una ganancia.
Centrémonos en el punto de contacto entre el lapicero/papel y entre el bolígrafo/papel. ¿Qué es lo que está pasando? En el primer caso, lápiz/papel, la fuerza que estamos aplicando se convierte en un movimiento, exclusivamente de traslación, el grafito por su parte es un buen lubricante sólido que facilitará el movimiento. Según estemos escribiendo con el lápiz, vamos a notar la acción de la lubricación del grafito y una ligera retención derivada de la fricción entre el papel y la mina que evitará que el lápiz se embale según estemos escribiendo. En el segundo caso bolígrafo/papel, el movimiento tiene dos componentes, una de traslación y otra de rotación, producida por la esfera que lleva en la punta. No nos olvidemos de la tinta, que dependiendo del compuesto puede ser más o menos espesa y tendrá más o menos retención. Para percibir la física que interviene en cada útil una vez leas este texto haz el ejercicio de coger un lápiz de madera y dos tipos de bolígrafo, elige una frase tipo y alterna entre los tres útiles que escojas como patrón. En el caso del lápiz podrás, comprobar como según se va desgastando aumenta la lubricación lo que va a favorecer el movimiento. En el caso del bolígrafo vas a notar como hay un ligero deslizamiento no deseado, es sutil, pero está ahí.
Desgaste: aquí no lo tengo claro, el bolígrafo mientras está en uso, si no sufre daños, principalmente producidos por golpes en el rodamiento y en su asiento, escribirá de forma fluida durante toda su vida útil. Por el contrario, el lapicero, no escribirá de forma homogénea. Una vez que está recién afilado el trazo es más fino, pero el deslizamiento es peor, según se va desgastando el deslizamiento mejora y el trazo se vuelve más grueso, en este proceso habrá un punto en el que la relación deslizamiento/grosor del trazo será la óptima, para progresivamente degenerarse y pedir a gritos entrar en boxes a que le saquemos punta.
Duración: Un bolígrafo BIC cristal escribe alrededor de 1,3 km. Mientras que un lápiz es capaz de escribir alrededor de 56 km según las fuentes consultadas. A mí me parece demasiado, a los humanos, se nos da de muerte copiar y en muchas ocasiones lo hacemos mal. Yo creo que el dato está mal, pero lo que sí es una certeza, es que el lápiz dura más que un bolígrafo.
Una vez expuestas las ventajas y desventajas toca reflexionar: con este artículo creo que he descubierto porque tengo la sensación, de que con el lápiz escribo de forma más fluida. La respuesta creo que está en la relación fricción/lubricación que se produce entre el lápiz y el papel. Si bien es verdad que el acabado final entre una grafía hecha con un útil u otro no presenta grandes diferencias, si el escribano tiene la suficiente experiencia en el manejo de las dos herramientas. Pero hay que fijarse en la sensación de escritura, con el lápiz es más agradable. El Sr. Henry Petrosky en su obra The Pencil, lo ve claro “Todo comienza con un lapicero”.
Aun así, en el caso de que seas un estudiante y te juegues tu futuro sustento en un examen, el lápiz no es tu mejor herramienta. Tu mejor herramienta es el bolígrafo, por lo que te recomiendo que antes de jugarte el curso con un bolígrafo de propaganda, seas profesional y analices varios bolígrafos. Tu bolígrafo ideal, tiene que pesar poco, mecánicamente robusto y ser de suministro fácil, para que a lo largo del tiempo puedas seguir teniendo acceso a él sin problemas. A título personal con el bolígrafo de fabricación francesa BIC cristal, yo nunca me he llevado bien, pero creo, que es una buena elección, pesa poco, es de fácil suministro, tiene un coste bajo y puedes ver en todo momento lo que le queda de tinta. A título personal, en su momento seleccioné para mis batallas a un PILOT SUPER GRIP, que es más caro que el BIC y es más difícil de encontrar que el BIC cristal, pero dada mi lamentable escritura, el PILOT era mi mejor opción.
Como recomendación, cómprate varios bolígrafos estándar de fácil suministro y bajo coste. Úsalos alternativamente a lo largo de varias semanas, y de esta forma descubrirás cual es el bolígrafo que mejor se adapta a tu escritura. Pero cuidado, piensa en que tiene que ser un bolígrafo con un mínimo de historia, para que te puedas asegurar su suministro. Se profesional, elige bien el material, no lo dejes a la suerte, tu futuro te va en ello.
Fuentes:
Lápiz-> Wikipedia
Bolígrafo -> Wikipedia
The Pencil -> Henry Petroski
¿Cuántos metros escribe un Bolígrafo? – How Far Will a Ballpoint Pen Write? -> delcopond